martes, 29 de mayo de 2007

Jueves 7 de Junio - Nuevo concierto de la Big Bang Blues

Amigos de la BBB,
El jueves 7 de Junio la BBB tocará nuevamente en Madrid.
Esta vez será a las 22 hs en Mamá Inés, C/ Barcelona, 14 (esq. C/ La Cruz).
Si os habéis perdido el último concierto, esta será una buena oportunidad para pasar una auténtica noche de puro blues.
Nos vemos!

Concierto en Sensorama todo un éxito




El sábado pasado, ante un público expectante, la BBB tocó un concierto inolvidable lleno de buenos blues. El punto caliente de la noche fue una versión cañera de Johnny Guitar, original del auténtico Johnny Winter.
Luego, Tonky de la Peña cerró el show con la Tonky Blues Band.

lunes, 21 de mayo de 2007

Este sábado 26 de Mayo, próximo show

Este sábado -26 de Mayo de 2007- será la próxima actuación de la Big Bang Blues (BBB) en Sensorama Jazz Cafe: http://www.sensoramajazzcafe.com/

En el repertorio estarán algunos clásicos de Eric Clapton, Albert King, Johnny Winter, BB King, Stevie Ray Vaughan y Buddy Guy.

Estaremos tocando con algunas bandas amigas, incluyendo la Tonky Blues Band, haciendo algo parecido a un festival de blues.
Los esperamos a medianoche, la mejor hora para sentir un blues.

lunes, 14 de mayo de 2007

El lenguaje del blues

Rural, urbano, acústico o eléctrico; alegre, triste, mayor o menor, el Blues ha ejercido una influencia decisiva en el desarrollo de la música popular del siglo XX. En su doble condición de género y forma, se ha desarrollado como una corriente bien diferenciada de las demás, pero también se ha incorporado al Jazz y finalmente ha dado origen al Rock, que no solo es un estilo musical, sino uno de los movimientos estéticos y sociales más importantes de nuestro tiempo.

Hoy todo el mundo conoce y habla del blues y aunque su historia ha sido muchas veces contada, volver a recordarla nos permitirá comprender mejor la importancia que sus sencillos y mágicos doce compases han tenido en el vastísimo panorama de la música actual.


Una narración informal

Su camino arranca de la primitiva condición folklórica y rural que tuvo en las plantaciones de Louisiana a finales del siglo XIX. Cada noche después del trabajo en los algodonales, los descendientes de los hombres y mujeres que dos o tres siglos antes fueron arrancados de su hogar africano, se reunían en sus pobres barracones y se contaban, en un tono que tanto era habla como canto, historias que recordaban sus orígenes y tradiciones. Poco a poco, esas narraciones destinadas a perpetuar la memoria racial, fueron reflejando más los asuntos cotidianos de la vida que llevaban en el Nuevo Mundo. Fue entonces que amores, deseos, alegrías y penas sustituyeron a las viejas fábulas tribales, convirtiéndose el rito narrativo informal en un mecanismo colectivo de catarsis y descarga emocional.

A diferencia del Gospel, música evangélica surgida a partir de los himnos de origen luterano de temática exclusivamente religiosa y de los Work-Songs, cantos de trabajo cuyas sencillas letras describían la tarea que acompañaban y aliviaban, el Blues fue desde sus inicios secular. Una vez cumplidas las obligaciones diarias del trabajo y lo divino, su sencilla poesía siempre se ocupó de los asuntos terrestres y los problemas humanos.

En cuanto a la manera de narrar, se trataba de un mecanismo muy tradicional y habitual en África: una voz líder describe la historia segmentada en estrofas, y estas son sistemáticamente contestadas y comentadas por el resto de los asistentes. La participación es total, no hay “solista” y “público”, sino un dinámico juego entre ambas partes. Esta forma de antifonía común a todas las expresiones afro, todavía es apreciable en la mayoría de los géneros musicales de ese origen, aunque las respuestas del “coro” hayan sido sustituidas por los “obligatos” instrumentales. La propia dialéctica de la improvisación que más tarde apareció en este género y que luego fue adoptada por el jazz, mantiene ese esquema de propuesta-respuesta directamente relacionada con el lenguaje hablado.


Hombres, caballos y guitarras

Desterrado de su hábitat rural por el éxodo forzoso que vivieron los esclavos al ser emancipados, el incipiente blues dejó de ser una narración colectiva a capella para transformarse en expresión de individuos aislados. Los primeros “blues singers” -en general músicos itinerantes y solitarios- eran aquellos mismos narradores de las reuniones nocturnas en los barracones de las plantaciones. Ahora estaban solos y sin residencia fija. Viajaban de pueblo en pueblo y se ganaban la vida cantando en tabernas, plazas de pueblo o dondequiera pudieran ser escuchados.

Para acompañarse echaron mano de instrumentos transportables. Los más comunes fueron el banjo, la mandolina y finalmente la guitarra de cuerdas metálicas. Aunque esta era un instrumento poco difundido en el área anglo-sajona, su amplitud de registro y su riqueza tímbrica pronto la popularizaron. De esta manera, la imagen del hombre abrazado a su guitarra cobró un carácter tan épico como lo fuera ancestralmente el centauro mitológico, metáfora de la simbiosis entre jinete y cabalgadura. Así fue como el blues, todavía folklórico y rústico, recorrió los cuatro puntos cardinales del corazón rural de Norteamérica sin tener aún identidad reconocida ni forma musical definitiva.

Es interesante apuntar que esa particular relevancia de la guitarra como instrumento solista por antonomasia del blues, y su sensual relación con el músico, fue reemplazada en el jazz por la de otros instrumentos (el saxo, por ejemplo) y solo reapareció con la misma fuerza a comienzos de los años cincuenta con la cultura rockera.


Una cuestión de forma

Hacia comienzos del siglo XX New Orleans en el sur y las grandes ciudades industriales en el norte habían absorbido al grueso de los inmigrantes negros llegados del sur. En pocos años, estos habían aprendido mucho sobre la música de los blancos y también sobre sus instrumentos. Ahora los tocaban de manera peculiar produciendo una música nueva, donde la espontánea fusión de ambas culturas y sistemas musicales se hacia evidente cada vez más. Las melodías pentatónicas menores de los blues modales campeaban ya sobre estructuras armónicas mayores de naturaleza tonal. La forma más habitual tenía doce compases y se basaba en la relación de tónica, subdominante y dominante. Nacía así la sonoridad Bluesy tan característica y predominante en buena parte de la música de nuestro tiempo.

Si bien existen muchas otras variantes de Blues con estructuras de ocho, dieciséis o más compases, la forma de doce se ha convertido en la más común. Los musicólogos lo atribuyen a dos hechos importantes: en primer lugar a la aparición en 1913 de la primera partitura de blues, “Menphis Blues”, un tema de W.C.Handy, con ese esquema que hoy todos conocemos, y en segundo a la grabación en 1920 de “Crazy Blues”, cantado por Mammie Smith, también con la misma armonía. Sea como fuere, hacia el comienzo de los años veinte esta secuencia de doce compases ya era de dominio público y el blues un género reconocido como tal y cultivado por doquier. Los compositores usaron desde entonces su estructura armónica libremente, siendo la melodía y la letra los únicos factores que diferencian a los blues entre si.


Poesía de acero y hormigón

El blues urbano se gestó en el ambiente marginal de los bajos fondos. Allí se impregnó del erotismo y de la agridulce ironía que caracteriza sus letras. Pasión, infidelidad, abandono y sobretodo soledad, son moneda corriente en aquellas canciones bluseadas que cobraron popularidad tan pronto como el nuevo invento de la grabación y los discos se convirtió en algo asequible para todos.

Como el tango, que nació al mismo tiempo y en círculos semejantes, el blues expuso la intimidad de los que viven al margen de la ley. Su poesía dura y realista tiene como tema principal las relaciones entre hombres y mujeres. Formas de quererse, rencillas e ilusiones son tratadas de una manera simple y desprovista de eufemismos. Todos los problemas -por más graves que sean- se describen siempre con ácido humor:

“Esto puede sonarte gracioso, Nena, todo lo gracioso que pueda ser, Pero si tenemos niños, Nena, quiero que todos se parezcan a mí... Por eso nos vamos a mudar lejos, Nena, lejos a las afueras de la ciudad, Donde no haya ningún lechero, Nena, dando vueltas cerca tuyo sin cesar...”

La amistad y los desengaños son también un tema constante, contándose por decenas los blues que incluyen amargas alusiones al tema.

“Una vez viví la vida de un millonario, gastando mi dinero sin preocuparme Invitando a mis viejos amigos a salir, pagando caros licores, vino y champaña, Entonces empecé a caer muy bajo, nadie parecía conocerme y no tenía a donde ir, Si alguna vez vuelvo a tener un dólar en mi mano, lo voy a apretar hasta que el águila grite.”

La filosofía del blues es diferente a la tanguera. Mientras que en el género rioplatense el desenlace suele ser siempre trágico (asesinatos, suicidios, vidas arruinadas). En el blues es irónico y siempre se da una vuelta de tuerca a la cuestión.

“Estoy completamente solo a medianoche y mi lámpara está por apagarse, Nunca tuve tantos problemas en mi vida como los tengo ahora, Voy a bajar hasta esa solitaria vía del ferrocarril y voy a apoyar mi cabeza en ella, Pero cuando escuche el silbato del tren que esta por venir, Oh, Señor! La sacaré rápidamente!!!”


Radio, cabaret y grandes salones

Desde los primeros años del siglo XX los blues fueron cantados principalmente por mujeres. Nadie duda que fueron ellas quienes le dieron identidad definitiva y una dimensión artística más apropiada al escenario de teatros y cabarets elegantes que a la sordidez de los oscuros bares y casas de citas de las cuales ellas mismas provenían. Aunque en general poseían un repertorio ecléctico, fue gracias a los blues y a su fuerte contenido emocional y descriptivo que muchas de ellas (como Bessie Smith o Billie Holliday) consiguieron hacerse famosas. Acompañadas por orquestas o grupos de estilo jazzístico, ayudaron a que el blues, arreglado y orquestado por grandes músicos de la época, alcanzara nivel musical. Esta hegemonía femenina duró hasta la década del treinta y a lo largo de esos años el blues se estableció en todos los ambientes, desde las radios hasta los grandes salones.

La radio era por ese entonces el medio de comunicación por excelencia. Los recitales de los grandes artistas de todos los géneros se realizaban en los auditorios que todas las emisoras poseían y esos programas se irradiaban a todo el país. Muchas de ellas dirigían su programación a grupos raciales específicos, como todavía sucede hoy. La música de blues se difundió rápidamente generando grandes éxitos de popularidad y empujando la venta millonaria de discos. Algunos bluesmen de los primeros tiempos conocieron entonces una gloria y prosperidad antes imposible de imaginar.

Fue justamente en esa etapa de su evolución, que el blues se hizo bailable, dando origen al Boogie (antecesor directo del rock`n`roll) cuya forma armónica, idéntica a la del blues, se asienta sobre una excitante base rítmica donde la importancia de la batería es fundamental. Como baile tiene reminiscencias de danzas anteriores (Cakewalk” y “Charlestón”, por ejemplo) y posee una variada gama de figuras acrobáticas. El tempo es veloz, las letras alegres y su objetivo es la diversión y la exhibición de las parejas danzantes. Los instrumentistas (sobretodo pianistas) encontraron en él un campo propicio para su virtuosismo. Solos cortos, frases repetitivas y alto nivel energético sentaron entonces las bases del futuro rock.

Desde los cuarenta, este blues bailable y sus variantes comenzaron a ser conocidos por las audiencias negras con el nombre de Rhythm and Blues, denominación vigente hasta hoy. Muchos artistas más tarde catalogados dentro del rock (Fats Dómino, Little Richard, Chuck Berry, Ray Charles) fueron en realidad estrellas de R&B, sigla que desde entonces identifica a este estilo.


Clubes, bohemia y virtuosismo

El jazz tomó del blues su colorido particular, las Blue Notes y la propia idea de improvisar. Aunque esta costumbre fue desarrollándose sobre todo tipo de secuencias armónicas cada vez más complejas, el blues ocupó desde los comienzos del jazz el lugar de forma improvisativa por excelencia

Entre las décadas del cuarenta y el cincuenta, coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial, florece una nueva corriente en el Jazz. Como respuesta al Swing y las Big Bands, cuyo estilo orquestado y formal era muy apropiado para las audiencias blancas, nace de los inquietos corazones y ágiles dedos de músicos geniales como Charlie Parker, el Bebop; una nueva manera de tocar que recupera la espontánea fuerza inicial del jazz.

El repertorio de las grandes orquestas estaba basado en baladas y “Standards” provenientes de la música popular y de los films de moda o los musicales de Broadway. Los blues -y en general la música de raíz negra- no eran apreciados y no coincidían bien con la estética blanca de la época. En las febriles noches de los clubes neoyorquinos estos artistas recuperaron al blues como forma favorita para improvisar y lo dotaron de la madurez y el vuelo intelectual del nuevo jazz.

Surgen de esa etapa numerosas variantes armónicas de blues aplicadas siempre sobre la forma básica de doce compases y se amplia la riqueza del lenguaje con que se improvisa sobre ellas. Sin embargo, permanecen como sellos indelebles el colorido de las blue notes y la dialéctica fraseológica tradicional.


El Ave Fénix

Pero su vida no acaba allí. Muy por el contrario: en los años cincuenta, cuando ya peinaba canas, rejuvenece inesperadamente y se vuelve multitudinario y adolescente, cuando un sureño de piel blanca y ondulantes caderas lo rebautiza Rock'n' Roll y le da ciudadanía planetaria.

La generación de post-guerra descubre en la música de Elvis y sus seguidores una sensualidad y energía ausente por completo de la que ofrecía el mercado norteamericano hasta ese entonces. Por otra parte todos esos jóvenes blancos vivían inmersos en el más puro prejuicio racial, por lo cual no conocían ni consumían nada que tuviera que ver con el blues ni con cualquier otra forma de música negra.

De esta manera, la asumieron como propia ignorando su origen y aceptaron la denominación de Rock'n' Roll (eufemismo del acto sexual) con que la industria rebautizó al Rhythm & Blues negro para vendérselo más eficazmente.

Tampoco percibieron (ni probablemente les importaba) que los movimientos y formas de comportamiento de Presley fueran en realidad una caricatura de la manera natural de hacerlo de los negros, o que el estilo con que las letras de las canciones abordaba sus asuntos imitara la filosofía y aún el lenguaje y argot de los blues.Lo cierto es que el rock sirvió finalmente como catalizador de un proceso de fusión entre las dos culturas, en el que ambas terminaron (por fin) mezclándose y produciendo conjuntamente un fenómeno cultural masivo sin antecedentes conocidos. Y fue a raíz del mismo que el blues y sus artistas, relegados desde casi treinta años atrás al anonimato y la pobreza, surgieron nuevamente a la luz recuperando el lugar que habían perdido.

A través de figuras como los Rolling Stones, Hendrix, Dylan o Clapton, los adolescentes de los años sesenta redescubrieron a los viejos bluesmen, volvieron a escuchar y comprar sus discos y pidieron de nuevo que subieran a los escenarios (ahora gigantescos y multitudinarios) de festivales y conciertos en todo el mundo.Muddy Waters, John Lee Hooker, B.B. King, Jimmy Reed, Howling Wolf y muchos más revivieron desde entonces y para siempre, las viejas melodías pentatónicas y los estridentes acordes con séptima que artistas como Robert Johnson o Big Bill Broonzy hicieran vibrar en los caserios del Delta del Mississippi muchas décadas atrás.


Colaboración de Claudio Gabis (referencia de "Negro como un blues")

Próximo show en Madrid

Amigos de la BBB,
Nos complace anunciar el próximo show de la Big Bang Blues el sábado 26 de Mayo de 2007 en Sensorama Jazz Cafe:

http://www.sensoramajazzcafe.com/

Estaremos tocando con algunas bandas amigas, haciendo algo parecido a un festival de blues.
Los esperamos a medianoche, la mejor hora para sentir un blues.

Nacimiento de Big Bang Blues

"En el 8vo día, creo el blues..."

El universo comenzó con un Big Bang.
Después de 7 días el mundo comenzó a existir tal como lo conocemos.
Entonces el hombre empezó a recorrer el sucio polvo de su diario existir.
El peor día para el hombre fue aquel primer día sobre la Tierra, donde conoció lo que era llorar, lo que era disfrutar, lo que era sufrir, lo que era vivir, lo que era el blues.
Aquel día nació el blues, creado por alguien, el hombre, Dios o el diablo...
Hasta el día de hoy nadie lo sabe, pero aquel día siempre será conocido como el Big Bang Blues.